¡Gracias Knuth! 29/12/2020 – Publicado en: Blog – Etiquetas: , ,

No conozco personalmente a Donald Ervin Knuth, sé del desarrollo de su trabajo desde hace 30 años y lo utilizo –a diario– en la edición de libros desde hace unos 20, también existen otros aportes (y muchos de ellos son realmente valiosos), pero todo siempre gira en torno al núcleo principal de su desarrollo, por eso siento necesario hacer explícito este agradecimiento en particular.

Knuth es profesor de matemáticas y computación en la Universidad de Stanford, en la actualidad es catedrático emérito. Es considerado uno de los padres fundadores de la informática moderna, e incluso de Internet. Su libro The Art of Computer Programming es una de las más respetadas referencias en el campo de las ciencias de la computación.

En 1977 comenzó a desarrollar el lenguaje TeX en su año sabático, con el apoyo de la Universidad de Stanford y la editorial Addison Wesley; han pasado más de 40 años desde que Knuth comenzó su desarrollo y al día de hoy todavía sigue siendo el más refinado y perfecto sistema de composición tipográfica digital que exista: para explicitar lo obvio, TeX no es un programa de armado de páginas, es un lenguaje de edición y composición tipográfica.

Y no ha dejado de evolucionar desde que se hizo público, gracias a su licencia de software libre. Tiene una amplia y variada comunidad de colaboradores detrás, principalmente formada por universidades (públicas y privadas) e instituciones y muchos particulares teóricos de la edición y la tipografía, TeX no es un simple software: es una disciplina en sí, ya que conlleva la obligación en el día a día –a quien lo utiliza– de sostener un permanente aprendizaje. En su uso no hay espacio para la intuición –donde radica la mayor crítica que recibe– pero de eso se trata, de comprender y saber; por qué y para qué.

TeX se encuentra realmente a años luz de los programas estándares más utilizados en la industria editorial para la composición y edición de libros (me refiero a InDesign y QXPress, por nombrar solo a dos); pero es incorrecto –rozando lo injusto– hacer comparaciones, ya que TeX como lenguaje, es un software que provee las mismas libertades y posibilidades de manipulación de los contenidos que se tienen cuando se trabaja de manera manual, esto significa que el límite para los resultados que se pueden obtener están directamente ligados al conocimiento que se tenga del lenguaje mismo, a diferencia de los programas estándares de la industria, en donde los límites de lo que se puede o no hacer están ligados al grado de evolución que el software posea.

Al día de hoy es posible seguir observando que en la edición de libros el software estándar del mercado está enfocado en la diagramación y el armado, utilizando de manera obligatoria la acción visual. En TeX se piensa y se trabaja desde otra perspectiva –el foco se encuentra en la edición– por eso cuando tratamos de manipular textos para la composición de páginas o incluso la automatización de diversos procesos que incluyan páginas –y un listado bastante largo de posibilidades– los programas convencionales que encontramos en el mercado no pueden ser entendidos como competidores de TeX.

Una conclusión simple

TeX como lenguaje es extremadamente dúctil y potente, se pueden producir todo tipo de libros, desde los más simples hasta los muy complejos y siempre con una esmerada atención por el respeto a las distintas tradiciones editoriales y tipográficas.