Leer, decodificar y poner en texto el “intenso significado de dominio”: una historia de la educación en clave materialista, a través de los distintos momentos de las sociedades y de la evolución de la organización del trabajo, la producción y la tecnología; la manera en que cada clase social hegemónica, se educó a sí misma y educó -o intentó formar- para su proyecto económico y político, -con que herramientas- a las clases subalternas. Éstas son dos lecturas posibles -y corrientes- de Educación y lucha de clases. Pero también en el revés de la trama, a pesar de ser derrotero de los tópicos claves del marxismo según la URSS, es una reflexión sobre el lugar de los intelectuales en las sociedades contemporáneas, y la importancia que esta tarea (intelectual) tiene para la actividad revolucionaria, donde ya el marxismo es la «atmósfera indispensable del intelectual comprometido», el utilaje de los tiempos nuevos. Desde aquí, Ponce anticipa programáticas gramscianas y muchas ideas del Althusser de Ideologías y aparatos ideológicos del estado, poniendo en el centro de la escena ideas que no por recurrentes en el verbo izquierdista, han dejado de ser sugerentes: privar al estado capitalista de la educación y la escuela, es como privarlo del ejército, la policía o los jueces; los sentidos comunes circulantes en una sociedad determinada, en realidad mucho dicen sobre los valores e intereses de sus clases dominantes.
Texto atrapado en (y producto de) las tensiones de los años de entreguerras del siglo XX -la guerra de España, el ascenso del nazismo, los debates sobre el carácter de la URSS- Educación y lucha de clases, son en un principio, una serie de conferencias dictadas por Aníbal Ponce en el CLES, durante el año 1934. Y su edición como libro– la primera es del año 1937, lleva la marca de una costumbreponceana: la publicación del curso, incorporando el resultado de las discusiones con sus alumnos.