En 1972 Argentina era un polvorín. Un gobierno militar elegido por nadie y que tenía como cabeza visible al general Alejandro Agustín Lanusse, trataba de mantenerse en pie acosado por las luchas obrero-estudiantiles y por las acciones armadas que llevaban adelante organizaciones guerrilleras tanto marxistas como peronistas. La dictadura creyó conveniente concentrar a los más caracterizados detenidos políticos en el penal de Rawson, en el frío Sur argentino. Allí se sobrevivía en condiciones rigurosas de encarcelamiento y confinamiento y una fuga parecía imposible.
Parecía…
Interceptado en Trelew, cubre con creces las expectativas sobre lo ocurrido. Explica narrativamente –a través de una escritura excelsa y precisa– cómo se fue desenvolviendo esta trama de suspenso e intriga que atrapa desde su inicio. Será muy difícil que quien lea esta obra, no quede conmocionado por lo sucedido.