Desde los primeros momentos posdictatoriales, el campo historiográfico argentino ha debatido acerca del carácter de la Revolución de 1810, y de la sociedad en donde ésta se gestó, retomando debates previos soterrados por la persecución a toda forma de pensamiento crítico. Ocluido posteriormente por otras temáticas e intereses, hoy Mayo vuelve a estar sobre el tapete, a la sazón del festejo del Bicentenario. ¿Revolución acontecida y deseada por sujetos conscientes, o hecho fortuito, sólo impulsado/condicionado por factores externos que sobrepasaban la voluntad de los actores locales? He aquí una pregunta para la que esta obra presenta una medulosa, fundamentada y posiblemente definitiva respuesta.
El libro que el lector tiene en sus manos, habla de revolución en el virreinato del Río de la Plata, que era una colonia: hecho elemental y determinante, tan obvio como insuficientemente remarcado en muchos juicios y estudios pasados y actuales, eje central que articuló el presente análisis, y punto de partida desde el cual resultó factible definir positivamente el contenido revolucionario de la insurrección de Mayo. La Revolución fue anticolonial. Y lo fue porque la tarea que se propuso y finalmente cumplió, luego de una larga y cruenta guerra libertadora, consistió en la destrucción del corazón del estado virreinal, y el reemplazo de unas clases -las dominantes en España y por ende en sus colonias- por otras, emergentes de la élite local de mercaderes y terratenientes, en el centro del poder y dominio sobre una sociedad que en adelante sería independiente, sin perjuicio de que la posterior derrota de las posturas más radicales y democráticas presentes en la dirigencia patriota limitaría severamente la solidez de la soberanía a construir, facilitando que décadas después nuestro país cayera en las redes de la dependencia.
Nuestra gloriosa insurrección, no constituye ni un estado de la cuestión, ni una investigación original, sino la expresión de una lectura abierta y expectante, y la construcción de un relato, más o menos denso, sobre las aristas que se presentaron como más relevantes –en clave de estar indagando acerca de una revolución- del proceso histórico que a partir de 1806 conduciría a la deposición del virrey Cisneros en 1810, y al inicio de la guerra de liberación de los pueblos y provincias del Plata.